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Mira hacia abajo, hermosa luna

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Mira hacia abajo, hermosa luna, y baña esta escena: vierte dulcemente los torrentes del halo de la noche sobre los rostros lúgubres, hinchados, amoratados; sobre los muertos, que yacen de espaldas, con sus brazos abiertos, vierte tu halo generoso, luna sagrada. Walt Whitman©️

Un roce breve, fugitivo

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Un roce breve, fugitivo como el ala de una mariposa hizo arder el aire en un instante entre tu cuerpo y el mío. El universo se ocultó a mis ojos y se encerró en un latido. Tus miradas se volvieron mares y sus olas mecieron mi destino. Para siempre, un instante, que ninguna muerte extinguirá, mientras te ame. Clara Díaz Pascual©️

Amaranta

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Rubios, pulidos senos de Amaranta, por una lengua de lebrel limados pórticos de limones desviados por el canal que asciende a tu garganta. Rojo, un puente de rizos se adelanta e incendia tus marfiles ondulados. Muerde, heridor, tus dientes desangrados, y corvo, en vilo, al viento te levanta. La soledad, dormida en la espesura calza su pie de céfiro y desciende del olmo alto al mar de la llanura. Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende, y gladiadora, como un ascua impura entre Amaranta y su amador se tiende. Rafael Alberti©️

Estoy en ti

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Estoy en ti buscando vegetales en tu origen. De tu vientre los musgos si levanto el árbol humedeces y transformas, si canción o río desbordado te yergues del ritmo a las orillas. Estoy en ti -desnudo- como niño que juega a las auroras. Reverbera la casa con tu nombre compañera que fuerzas a erigirme. Materna niña nuestra vuestra, heme aquí contigo rescatando la hierba a los umbrales. Óscar Wong

Amor salvaje

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¡Ah, qué nidada de caricias salvajes descubrí! Guardadas en tu bosque, desde el alba del mundo, esperaban la mano que llegara a arrancarlas, la mirada que las volcara sobre tus venas todas, el temblor que iniciara tu espasmo y tu locura. Vaivén en tus pupilas despertadas, ojos que danzan al ritmo de los hombros, larga piel en su raíz estremecida, la ansiosa estalactita del deseo, caracol que se incrusta en las orejas; tus ojos súbitos, terribles. ¡Ah tus ojos! Y locura, embeleso y más locura. Pantera que se escapa, cervatilla rendida, la sierpe envolvente de tus brazos, abrazo de mil lianas zapadoras, largo césped donde los senos nacen, ensenada candente de los muslos, playa con la blanca tersura de tu vientre. Y locura, ternura y más locura. Cadencia resonante de músicas selváticas, tambor noctambulario suena sobre tu espalda, la flauta imperceptible del suspiro, largos gemidos de destrozados labios, y el grito sempiterno, tan guardado, al fin la ...

Amanecer

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Mientras duermes te miro. Me recuerdas el frío de las fuentes en los labios, el prado debajo de la espalda, la indescifrable danza de las nubes, el dulce sabor de diminutos dedos en la masa, la tierra en las uñas, los pies mojados en los charcos, los bolsillos repletos. Contigo junto a mí los días recobran la suave textura de la cera y repiten mil veces el amanecer. Contigo junto a mí veo pasar de largo la tristeza. De "Escenas principales de un actor secundario." Irene Sánchez Carron©️📚 Foto de Tetyana Kovyrina

Cosmos

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Quién contiene a la diversidad y es la Naturaleza quién es la amplitud de la tierra y la rudeza y sexualidad de la tierra y la gran caridad de la tierra, y también el equilibrio quién no ha dirigido en vano su mirada por las ventanas de los ojos o cuyo cerebro no ha dado en vano audiencia a sus mensajeros quién contiene a los creyentes y a los incrédulos quién es el amante más majestuoso quién, hombre o mujer, posee debidamente su trinidad de realismo de espiritualidad y de lo estético o intelectual quién después de haber considerado su cuerpo encuentra que todos sus órganos y sus partes son buenos quién, hombre o mujer, con la teoría de la tierra y de su cuerpo comprende por sutiles analogías todas las otras teorías la teoría de una ciudad, de un poema y de la vasta política de los Estados quién cree no sólo en nuestro globo con su sol y su luna sino en los otros globos con sus soles y sus lunas quién hombre o mujer, al construir su casa no para un día sino para la eternidad ve a las ...