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domingo, 23 de marzo de 2025

Canto al hombre

Cuando eres, como ahora, hermoso y fuerte,
yo te amo.
Cuando el viento se doblega para ti,
cuando a la tierra tú la rindes, yo te amo.
Yo te amo por osado,
y te amo por heroico, por audaz y porque ofreces
tu hermosura y tu valor. Por derramado.
Firme tú sobre las nubes, navegando los espacios.
Duro tú sobre las aguas, descollante tu estatura
en lo azul del océano... Hombre joven que lo afrontas
cual un elemento más, siendo tú el lazo
de elementos de creación. Yo así te amo.

Desde lejos y despacio, torpemente en el comienzo,
tu andadura cada siglo acelerando...
así has llegado.
Y ya domas a los mares y a los cielos; los cabalgas
como potros tan salvajes como fuiste. A los astros
los asedias sin temor. Igual que un astro, que otro astro
participas del secreto compartido, constelando
como ellos mi cenit. Hombre, te amo.

Yo te amo y te contemplo, yo te admiro y yo te exalto.
E ignorando cómo cantan los arcángeles, te canto.
Mientras seas como eres, una luz entre las sombras,
una luz sobre los bosques, un clamor desde los labios;
mientras cantes y sonrías, esperanza de otro tú
ya menos agrio,
hombre joven, hombre fuerte, hombre hermoso,
yo te amo.

Aunque guardas en tus ojos viejas piedras del basalto
que formaba las murallas de Proverbios y del Cántico,
ya despierta tu mirada a la ternura
enajenados resplandores fugitivos de piedad por lo creado.
Como un hacha cortas tú, y eres tan blando
que te rayan las plegarias y el amor.
Eres compacto
y flexible, quebradizo, vulnerable...
¿De qué rayo fulminose lo divino contra ti?
No te ha abrasado ni la cólera de Dios, ni su contacto.
Sobrepasas a tu propia lava impura, en sobresalto
de promesas y derrotas... Ajeno y amplio
como tierra y como el mar, como el espacio.

Pero, hermoso; pero, audaz. Loco de siembras
que, no estrellas sino mundos, vas hincando.
Empujaste las cavernas, destrozaste las pirámides,
desecaste los diluvios, apagaste los volcanes,
arrancan dando del planeta a los bienaventurados.
¡No volvías la cabeza de oro puro a lo pasado!
Por cruel y por ardiente, yo te amo.

¿Quién no aleja para ti lo que has huido;
quién no llora por tu amor lo que has matado?
Nunca yo que te contemplo; nunca yo
que me he entregado
a la sangre y al gemir de tantos duelos
como pueblan tu yacer y tus contactos.

Ahora, no. Que te liberas y me llevas por el aire,
confiando
en tu propia inteligencia, en tu arrebato.
¡Ah, los vuelos que gobiernas con sonrisa
y dócil mundo
de instrumentos que tú mismo has inventado!
Y te sirven, como sirven los esclavos.

No desciendas, no me abatas. Hombre amado,
te sostengo y me sostiene un interminable rapto.
No eres rojo ni eres negro. Eres blanco,
el fúlgido centellear de intactos arcos.
¡Atrévete con el Bien, sujétalo con tus brazos!

Hermoso varón que tanto presentía
y que he soñado.
Porque eres mi mejor yo, he ahí por qué te amo.

No te quiero cuando débil, sometido, acobardado.
Aunque torvo si acometes, más te busco despiadado
que humillando la cerviz como un toro sin sus mandos.

Que eres viejo, bien lo sé. Sé que debajo
de esta túnica de piel que te envuelve,
estás cansado de los siglos de rodar
para ver de Dios el brazo
que fulmina y que fulmina... Y, ¿no es cansancio
contemplar cómo te hundes en mi vientre,
deslizando tu niñez y tu vigor entre mis flancos
para luego desgajármelos despacio...?

¡Ah, si halláramos la brisa, si encontráramos el látigo
que flagela y que consuma a los más enamorados!
¡Por todo lo que venciste van tus piernas
de cobre forjando ajorcas para sujetar tu paso,
criatura que apretaría eternamente entre mis brazos!
Más allá de la vida y de la muerte,
Hombre, te amo.

Carmen Conde©


jueves, 20 de marzo de 2025

Cuerpo en la oscuridad

Te adivino tendida
bajo la leve túnica
de aroma que te cubre,
mientras el sueño mide
el espacio profundo
que hay del párpado al alma.

Respiración y nieve
hacen bajo el perfume
invisibles colinas;
la oscuridad me llena,
la ansiedad de tus formas:
montes de lilas pálidas,
desmayadas palomas.

Trino de amanecer,
sombra de arbusto fresco,
eres nueva en mis manos
sólo por el milagro
del mundo en las tinieblas.

¡Qué rosas de tu cuerpo
florecen al hallazgo
múltiple de mis dedos!
Te palpo y eres mía
y mis manos son cestas
para el fruto del tacto
maduro ya, en la rama
trémula del deseo.

Jorge Rojas©
Silueta de mujer en la oscuridad


martes, 18 de marzo de 2025

Donde habite el olvido

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

Luis Cernuda©️
Chica en campo de lavanda



viernes, 14 de marzo de 2025

Amor de frutas

Déjame que esparza
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;

Tu cuerpo son todas las frutas.

Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.

Déjame que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:

Mi hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.

Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.

Gioconda Belli©


domingo, 9 de marzo de 2025

Ahueyentemos el tiempo, amor

Ahuyentemos el tiempo, amor,
que ya no exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes
sin estar pero estando.
Me dolés en el cuerpo,
me acariciás el pelo
y no estás
y estás cerca,
te siento levantarte
desde el aire llenarme
pero estoy sola, amor,
y este estarte viendo
sin que estés,
me hace sentirme a veces
como una leona herida,
me retuerzo
doy vueltas
te busco
y no estás
y estás
allí
tan cerca.

Gioconda Belli©️
Chica paseando por un campo de flores


sábado, 8 de marzo de 2025

No rechaces los sueños

No rechaces los sueños por ser sueños.

Todos los sueños 
pueden ser realidad, 
si el sueño no se acaba.

La realidad es un sueño. 
Si soñamos que la piedra 
es la piedra, 
eso es la piedra.

Lo que corre en los ríos 
no es un agua, es un soñar, 
el agua, cristalino.

La realidad disfraza su
propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor.»

Pero nunca se va, 
nunca se pasa, 
si fingimos creer 
que es más que un sueño.

Y vivimos soñándola. 
Soñar es el modo 
que el alma tiene 
para que nunca 
se le escape 
lo que se escaparía 
si dejamos de soñar 
que es verdad 
lo que no existe.

Sólo muere un amor 
que ha dejado 
de soñarse 
hecho materia 
y que se busca en tierra.

Pedro Salinas©️
Bailarina de ballet clásico


jueves, 6 de marzo de 2025

Vuelvo a la noche

De pronto vuelvo a la noche
con mis zapatos de agua.

Me desnudo
en el lento
ejercicio de mis manos
y busco
solamente
un objeto mío,
un pequeño barco,
un cometa,
un circo de inventadas cosas,
figuras cotidianas,
tuyas y mías,
que amo.

Pero sé
que de pronto
me vuelvo inaccesible
y vuelvo a ser silencio
y llama oscura,
donde mi barco
se escapa de tu orilla.

Mía Gallegos©
Fotografía de la luna al anochecer
Anochecer extraído de la web


martes, 4 de marzo de 2025

Porvenir

Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
... Mañana!
Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.

Ángel González©
Un camino en plena naturaleza
Fotografía de un camino extraída de la web


sábado, 1 de marzo de 2025

5 sentidos

I -Del tacto

Acércate despacio a mis dominios;
que tus dedos tanteen el espacio
ciegamente, la oscuridad que envuelve
mi cuerpo; que construyan un camino
y lleguen hasta mí a través del velo
espeso y taciturno de las sombras.
Sálvame con la luz que hay en tus dedossi me tocan, conjura la desidia,
enciéndeme o abrásame en el tacto
esplendoroso y claro de tus manos.
Como las mariposas de la noche,
hacia la llama iré que tú convocas,
que prefiero quemarme a estar a oscuras.
II -Del olfato

La vainilla; el espliego; el verdín; la canela.
A veces un aroma delgado como de agua,
como de nube o lluvia; a veces un violento
perfume que recuerda la piel de una gacela,
el sudor y la sangre de un animal en celo.
Pero siempre, al final, la vainilla, el espliego...
III -De la vista

Para tus ojos.
Para tus ojos fieramente abiertos.
Para tus ojos fijos.
Para tus ojos con caudal de fiebre.
Para tus ojos grandes.
Una orquídea de carne voluptuosa
para tus ojos ávidos
con vocación de abejas.
IV -Del gusto

Hay sal sobre los labios. En la lengua,
un resto de naufragios y sirenas,
tal vez algas, y el gusto de los fondos
espumosos y verdes del océano.
El sexo siempre sabe a mar de invierno,
a galernas en medio de la noche.
V -Del oído

Se levanta tu voz, se enrosca y se estremece,
serpiente y remolino, se enzarza en mis cabellos,
sube aún, se engrandece, se enajena en rugido
y pierde la noción del trino o la palabra.
Eres otro en tu voz. No conozco a ese hombre
que grita en el placer, delicioso extranjero
que habla lenguas angélicas en una cama impura.
Josefa Parra©
De "Alcoba del agua" 2002

Cinco sentidos - Dvicio & Taburete




jueves, 27 de febrero de 2025

Te explico la diferencia

Puedo pasar la vida
contando los exactos lunares de tu vientre,
siguiendo en el espejo tu mirada, ahuyentando
tus fantasmas; si quieres, siéndome un poco tú.
Puedo pasar la vida.
Pero vivir, amor, es mucho más que eso;
es crecer y dormir y envejecer contigo,
reñir y bromear, y no vernos a veces,
o vernos como extraños alguna madrugada.
Es la recia costumbre que de pronto fulgura
con una hermosa lumbre de pasión y demencia.

Josefa Parra©


sábado, 30 de noviembre de 2024

Tú.
Sí, tú.
Inundas de deseo mi pensamiento
renaciendo en el perfume de las horas.
Luz que incesante grita en mis silencios.

Una vez más, tú.
Me desnudas en cada palabra, encendiendo
miradas, piel y brasas.
Dilatando mi aliento en el abismo de lo imaginable.

Siempre tú.
Desangrándome en cada latido
y estremeciendo -incansable- mi desnudez.

Respiras en todos y cada uno de mis sentidos.

Susana Násera©️



viernes, 25 de octubre de 2024

No estaré

No estaré
pero estaré.
Permaneceré cayendo como lluvia
obnubilando tu ser en aguacero,
te mojarás de mí sin entenderlo.
Estaré como polvo de camino...
Estaré como brisa
y a veces como huracán
aventando tus huesos doloridos.
Estaré en las flores
o como aroma etéreo prohibido.
Estaré.
Siempre estaré.
Aunque creas que no estoy,
aunque huyas,
aunque te escondas.
Estaré.
Porque lo que está en el corazón
jamás encuentra otro destino
y aún cuando cierres los ojos
estaré contigo.

Ana Vivero Megias©️





miércoles, 9 de octubre de 2024

Mujeres transparentes

Existen mujeres transparentes que fueron concebidas por los dioses. Son, como el perfil del aire: livianas, ingrávidas, etéreas.
Su delicado tacto se asemeja al beso de los ángeles y la fragilidad de su mirada a la de la porcelana china. Cuando lloran liberan minúsculos cristales que se evaporan al contacto con el aire y su piel deja al descubierto con igual proporción el alma, las arterias, los órganos vitales o el pensamiento.
De noche, cuando duermen, reflejan en las sábanas imágenes oníricas o apasionadas escenas de jóvenes amantes; sus pechos parecen vidrieras por donde asoma los ojos el amor.
Son criaturas de largas piernas, con muslos interminables, cabellos de fuego y delicadas cinturas. Al andar imitan el movimiento de un océano de trigo movido por el viento y en sus brazos siempre habita la vida.
Me gustan las mujeres transparentes, sencillas, sin cubiertas ni máscaras. Siempre tuve debilidad por la delicadeza con que fueron agraciadas.

José Sarria©️



jueves, 3 de octubre de 2024

Nadie habla

Nadie habla de esas gotas que se pegan al
cristal para recordarte que la vida es lluvia,
sol, noche y día.

Nadie habla de esos momentos que se quedan 
tan grabados en tu memoria que los revives
una y otra vez.

Nadie habla del viento en tu pelo o en tu
ombligo o en tu cara.

Nadie habla de esa palabra que se quedó 
enganchada en tus cabellos y no puedes
arrancar.

Nadie habla del amor incondicional entre tú y 
yo, él y tú, o entre ella y yo.

Nadie habla de la vida.

Nadie habla de las cosas que realmente son
importantes.

Rita Turza©
Poemario "La piel del otro"

Poemas llenos de sentimiento de la mano de nuestra compañera Rita Turza. Pinchando su nombre te llevará a su blog "Cosas que siento"

Imagen tomada de internet




martes, 1 de octubre de 2024

Háblame

Comprendo el lenguaje de tu cuerpo,
el verbo de tus dedos,
los sustantivos de tu mirada,
pero háblame esta noche,
disfrázame en capitales,
hazme minúscula en la canción
ensarta tus letras como abalorios.
Adorna mi pecho con palabras,
lengüetea tus vocales en mi pecho,
cosquillea mi cerebro con consonantes,
enfría tu calor en sílabas,
grita mi nombre esta noche.

Joyce Ashuntantag©



sábado, 21 de septiembre de 2024

Itinerario

Iba hacia España
y llegué a Cuba.

Iba hacia Jorge
y llegué a Juan.

Iba hacia las letras
y llegué al embarazo.

Iba a dormir
pero aquí estoy.

Reconozco que entre mis virtudes
nunca se destacó la puntería.

María Montero©



viernes, 20 de septiembre de 2024

Aceleración de los cuerpos

Durante el camino, ella piensa que no llegará a tiempo. La distancia y la soledad de su prisa son más que un anticipo. Al llegar, no escucha sino el murmullo de la sangre y el deseo, por eso no tarda en adentrarse por el ancho corredor.

Luego está sentada, desnuda de la cintura para abajo. Todo está limpio, tibio y en penumbra. Es el 13 de febrero de 1970 y es una perfecta mañana de invierno. Mi madre tiene dolor, tal es la naturaleza de un parto, y por eso su destino es el coraje, un coraje donde el dolor es la única salida.

Después de la última contracción comienzan las revelaciones: el dolor se convierte en destino de la cintura para abajo; el coraje, en una penumbra de invierno; mi madre se congela en el amplio corredor y yo me convierto en el deseo que nunca llega a tiempo.

María Montero©





miércoles, 18 de septiembre de 2024

De humo

La primera vez que dijo mi nombre,
caí en la cuenta de lo mucho que me pesaba ser yo,
luego dio una profunda calada a su cigarro
como si el mundo entero dependiera de su boca
y yo, que nunca he querido ser nada,
ni siquiera héroe,
quise ser de humo.

Llevaba un vestido negro y flores en el pelo,
se había colocado una sonrisa bien temprano
y la mueca de felicidad se le extendía por el rostro
como una enfermedad terminal.
Igual que aquel montoncito de pecas
por encima del escote,
como si su piel estuviera en constante guerra
por cambiar de color.

No tenía edad ni venia de ningún sitio,
se llamaba Marlene aunque era mentira,
como mentira eran sus tetas de tres mil euros
en una clinica ilegal
o sus manos de construir amaneceres en la playa
en una ciudad donde el mar solo habitaba
en las postales de los estancos.

Se llamaba Marlene y era mentira
pero yo a las tres de la madrugada
de todas las noches de mi vida
siempre he dejado que me engañen.

Marlene hizo de otoño y marchitó las flores de su cabello,
enlutó el suelo de la habitación con su vestido negro
y desnuda en diez segundos de paisaje
desfilaron por mis neuronas muertas
todas las mujeres de mi vida
en una interminable huelga de caricias.

Y hubieron besos pornográficos
y un suicidio colectivo de espermatozoides
en el prohibido el paso de sus piernas,
luego con la vista perdida
en un horizonte lejano de mi pecho
se encendió otro cigarro y volvió a nombrarme
y yo, que nunca he querido ser de nadie,
ni siquiera mío,
quise ser de humo, de su boca y suyo.

Ernesto Pérez Vallejo ©



martes, 17 de septiembre de 2024

Flores secas en Stalingrado

A veces cinco días sin dirigirnos la palabra
en el desayuno, gestos de despedida 
a veces antes de cerrar la puerta 
como elementos decorativos jarrones 
vacíos que ni siquiera hacen ruido al romperse,
a veces la culpa palpitando como un pájaro
que agoniza en nuestras manos, el silencio 
como única manera de confesar 
que quienes gritan en esta casa son otros,
a veces flores secas sobre el mueble de la entrada 
pudriéndose como el amor a veces.

Juan Domingo Aguilar©️





domingo, 15 de septiembre de 2024

Qué largo es morir

Qué largo es morir durante toda una vida,
largas las películas, los domingos por la tarde,
las horas extras, tu currículum.
Qué larga la jornada laboral y los estantes del Carrefour, 
las retenciones en la A- 92 a finales de agosto. 
Qué larga la cola del INEM y las comidas familiares,
la cuesta de enero y las noches 
desde que te fuiste.
Este poema, tan largo como la aguja 
que clavarán en mi piel cuando despierte 
en una clínica
y yo sea mi abuelo.

Juan Domingo Aguilar©️