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La ducha

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Nos gusta ducharnos después (a mí me gusta el agua más caliente que a ella) y su rostro siempre es suave y tranquilo y ella me lava primero me extiende el jabón por los huevos los levanta los aprieta, luego me lava la polla: «oye, ¡esto sigue duro!» luego me lava el vello de ahí abajo, la tripa, la espalda, el cuello, las piernas, yo sonrío sonrío, y después la lavo yo a ella… primero el coño, me pongo detrás, mi polla en sus nalgas suavemente enjabono los pelos del coño, lavo ahí con un movimiento suave tal vez me detenga más de lo necesario, luego las piernas por detrás, el culo, la espalda, el cuello, la hago girar, la beso, enjabono los pechos, luego la tripa, el cuello, las piernas por delante, los tobillos, los pies, y luego el coño, una vez más, para que me dé suerte… otro beso, y ella sale primero, se seca, a veces canta mientras yo sigo allí pongo el agua más caliente disfrutando los buenos momentos del milagro amoroso luego salgo… normalmente es por la tarde y todo está tranq...

A la puta que se llevó mis poemas

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Algunos dicen que debemos eliminar del poema los remordimientos personales, permanecer abstractos, hay cierta razón en esto, pero ¡Por Dios! ¡Doce poemas perdidos y no tengo copias! ¡Y también te llevaste mis cuadros, los mejores! ¡Es intolerable! ¿Tratas de joderme como a los demás? ¿Por qué no te llevaste mejor mi dinero? Usualmente lo sacan de los dormidos y borrachos pantalones enfermos en el rincón. La próxima vez llévate mi brazo izquierdo o un billete de cincuenta, pero mis poemas no. No soy Shakespeare pero puede que algún día ya no escriba más, abstractos o de los otros; Siempre habrá dinero y putas y borrachos hasta que caiga la última bomba, pero como dijo Dios, cruzándose de piernas: “veo que he creado muchos poetas pero no tanta poesía.” Charles Bukowski©️

3 Horas, 16 minutos y 30 segundos

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Se supone que soy un gran poeta y tengo sueño por la tarde sé que la muerte es un toro gigantesco dispuesto a embestirme y tengo sueño por la tarde sé que hay guerras y hombres que pelean en el ring sé que hay buena comida, buenos vinos, buenas mujeres y tengo sueño por la tarde sé que hay una mujer que me ama y tengo sueño por la tarde, me inclino hacia el sol tras una cortina amarilla y me pregunto: ¿Adónde habrán ido las moscas del verano? Recuerdo la muerte tan sangrienta de Hemingway y tengo sueño por la tarde. Algún día no tendré sueño por la tarde algún día escribiré un poema que encenderá volcanes en las colinas que están ahí fuera pero ahora mismo tengo sueño por la tarde y alguien me pregunta «Bukowski, ¿qué hora es?» y yo contesto «3 horas, 16 minutos y 30 segundos». Me siento muy culpable, me siento asqueroso, inútil, demente, tengo sueño por las tardes, están bombardeando iglesias, bien, eso está bien, los niños montan en ponys en los parques, eso está bien, las biblioteca...

Una hoja de hierba

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Creo que una hoja de hierba, no es menos que el día de trabajo de las estrellas, y que una hormiga es perfecta, y un grano de arena, y el huevo del régulo, son igualmente perfectos, y que la rana es una obra maestra, digna de los señalados, y que la zarzamora podría adornar, los salones del paraíso, y que la articulación más pequeña de mi mano, avergüenza a las máquinas, y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha, supera todas las estatuas, y que un ratón es milagro suficiente, como para hacer dudar, a seis trillones de infieles. Descubro que en mí, se incorporaron, el gneiss y el carbón, el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces. Que estoy estucado totalmente con los cuadrúpedos y los pájaros, que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos y que puedo hacerlo volver atrás, y hacia mí, cuando quiera. Es vano acelerar la vergüenza, es vano que las plutónicas rocas, me envíen su calor al acercarme, es vano que el mastodonte se retrase, y se oculte detrás del polvo de su...

El halcón moteado cala sobre mí

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El halcón moteado cala sobre mí, y me acusa lamentándose por mi charla y mi pereza. Yo también soy indomable, yo también soy intraducible. Sobre los techos del mundo, resuena mi bárbaro graznido. El último celaje del día, se detiene a esperar por mí, lanzo mi figura, tras las otras, reposando verdaderamente en cualquier sombra silvestre. Me insta engatusándome hacia la bruma, y hacia la oscuridad. Me alejo como el aire, sacudo mi bucle blanco en el sol fugitivo. Vierto mi carne en remolinos, y la dejo arrastrar por la mueca del encaje. Me entrego, a mí mismo, al barro, para brotar en la hierba que amo. Si me necesitas, búscame en la suela de tus botas. Apenas sabrás quien soy, y lo que quiero decir. No obstante soy tu buena salud, y filtraré con filamentos tu sangre. No desfallezcas si no me encuentras pronto. Si no estoy en un lugar, búscame en otro. En algún lugar te estaré esperando. Walt Whitman©

Vive

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No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre.No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye. “Emito mis alaridos por los techos de este mundo”, dice el poeta. Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no ...

Oh capitán, mi capitán

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Oh Capitán, mi Capitán: nuestro azaroso viaje ha terminado. Al fin venció la nave y el premio fue ganado. Ya el puerto se halla próximo, ya se oye la campana y ver se puede el pueblo que entre vítores, con la mirada sigue la nao soberana. Mas ¿no ves, corazón, oh corazón, cómo los hilos rojos van rodando sobre el puente en el cual mi Capitán permanece extendido, helado y muerto? Oh Capitán, mi Capitán: levántate aguerrido y escucha cual te llaman tropeles de campanas. Por ti se izan banderas y los clarines claman. Son para ti los ramos, las coronas, las cintas. Por ti la multitud se arremolina, por ti llora, por ti su alma llamea y la mirada ansiosa, con verte, se recrea. Oh Capitán, ¡mi Padre amado! Voy mi brazo a poner sobre tu cuello. Es sólo una ilusión que en este puente te encuentres extendido, helado y muerto. Mi padre no responde. Sus labios no se mueven. Está pálido, pálido. Casi sin pulso, inerte. No puede ya animarle mi ansioso brazo fuerte. Anclada está la nave: su ruta ha ...