Luego está sentada, desnuda de la cintura para abajo. Todo está limpio, tibio y en penumbra. Es el 13 de febrero de 1970 y es una perfecta mañana de invierno. Mi madre tiene dolor, tal es la naturaleza de un parto, y por eso su destino es el coraje, un coraje donde el dolor es la única salida.
Después de la última contracción comienzan las revelaciones: el dolor se convierte en destino de la cintura para abajo; el coraje, en una penumbra de invierno; mi madre se congela en el amplio corredor y yo me convierto en el deseo que nunca llega a tiempo.
María Montero©
Qué bello y emotivo texto, Dakota.
ResponderEliminarTe felicito.
Un fuerte abrazo y estupendo fin de semana.
Gracias Carmen, es muy emotivo. Un abrazo y buen finde!!
EliminarHola Dakota, bello y emotivo texto sobre un momento tan maravilloso como es el alumbramiento y la llegada del ser bebé. Un abrazo y feliz fin de semana
ResponderEliminarHola Nuria, es muy emotivo la forma de describirlo, pero el final creo que tiene un tinte de drama.
EliminarUn abrazo!
Es hermoso de verdad, hermoso. Vuelvo a darte las gracias por presentarnos estas poesías que, sin ti, nos tardaríamos un poco más en leer, o quizá no las veríamos. Abrazos Dakota!
ResponderEliminarMuchas gracias Maty por leerlas, yo estoy encantada de traerlas para que las lea quien lo desee. Me encuentro con tantos autores que no conocía.
EliminarUn abrazo!!
Como siempre, leerte es un placer. Saludos y felicitaciones.
ResponderEliminarGracias Héctor, muy buen poema de este autor. Saludos.
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