pobres hombres, cercanos o alejados;
vosotros, que a la luz de las farolas
soñáis con un consuelo para vuestras penas;
vosotros, silentes, que unís las manos,
orando, renunciando, sufriendo
en las pálidas noches estrelladas;
vosotros, que padecéis o permanecéis despiertos,
navegantes sin astros ni ventura,
rebaño errante sin cobijo,
extraños y, sin embargo, mis hermanos,
¡devolvedme el saludo que os ofrezco!
vosotros, que a la luz de las farolas
soñáis con un consuelo para vuestras penas;
vosotros, silentes, que unís las manos,
orando, renunciando, sufriendo
en las pálidas noches estrelladas;
vosotros, que padecéis o permanecéis despiertos,
navegantes sin astros ni ventura,
rebaño errante sin cobijo,
extraños y, sin embargo, mis hermanos,
¡devolvedme el saludo que os ofrezco!
Hermann Hesse©
Precioso. Hermann Hesse, inigualable siempre.
ResponderEliminarUn gran escritor, gracias Beatriz🤗
EliminarHola, Dakota, si ya en su día Hesse reclamaba atención, imagínate ahora qué escribiría... Bonito poema.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola Merche, hubiese estado bien tenerlo en estos tiempos... Un abrazo y gracias!
EliminarMuy bello! Claro, Hermann Hesse. Es lindo esto de recordarnos un poema que quizá de otra forma seguiríamos sin leer o releer quién sabe por cuánto tiempo. Un abrazo Dakota.
ResponderEliminarHola Maty, hay poesia que quedaría en el olvido si no fuese por la gente que comparte, ya sea a través de los blogs o de las redes, muchos grandes autores con vivencias muy interesantes quedarían en el olvido.
EliminarUn abrazo Maty!!
Saludos devuelto. 😊 Una forma clara de llamar la atención del lector. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Nuria, un abrazo!!🤗
Eliminar