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viernes, 28 de marzo de 2025

3 poemas de Gata Cattana

Poema 1: Una mujer

Ella es así. De esas.
Es como las veces
que el verso salta de sus abismos.
Se arroja.
Grita, baila, salta, llora.
Es de esas.
Es como la sensibilidad
espontánea de la poesía,
como ese papel en blanco
que calla,
pero te conoce y te guarda.
Apenas si reprocha,
Apenas si se deja oír.
No hay tiempo para nimiedades,
ya casi es de noche
y la sopa no está hecha.
Tampoco la conozco tanto.
Pero ellos me han hablado,
ellos me han hablado de la mujer torbellino,
de sus huracanes.
Y yo he visto sus ropas de colores,
la he visto escuchando tangos y bluses
y en un par de ocasiones tuve el
placer de compartir el té con ella.
Es una de esas que no se esconden,
imprevisible, de acantilados y cumbres,
natural de antemano,
como un carnaval, una fiesta pagana.
Como las Leyes incomprensibles de
Madre Gaia, que
nadie sabe cómo,
nadie sabe cómo,
pero aún resiste.
Ellos me han hablado,
me han contado anécdotas
de viejas glorias, de cuando
yo aún no había aparecido.
Me han hablado de la madre
y la esposa.
Ella no dice nada porque es transparente,
no hace falta.
Es como la poesía,
como os estaba diciendo.
Como la poesía cuando
El verso salta, salta de sus abismos.
La máxima expresión de los valores
femeninos e infantiles, de inquietudes y
dulzura, de dar sin medida, de darse.
De no caberle un solo sentimiento más
en el cuerpo.
Puede que me equivoque,
tampoco la conozco tanto.
Ellos me han hablado de la madre
y la esposa.
Pero yo les hablo de la mujer.
La mujer torbellino, con sus huracanes.
Una mujer de esas.
UNA MUJER.
De esas.
*************
Poema 2: Desapariciones

Escribo desapariciones.
Me deshago.
Me deshilacho por todas
las extremidades.
Me desprendo de la carne,
me miro de lejos,
me desato de la gravitas
y sacrifico la lengua y la voz,
el olfato;
me mato el nervio.
Sólo es una forma de descoserse,
de desencontrarse,
de desangrarse.
Tal vez sea la mejor forma de desangrarse,
pero no más.
Fue un desastre aprenderlo,
un des-lastre.
¡Qué desilusión! ¡Qué desidia!
¡Qué desamparo absoluto!
Si yo sólo gobernaba la palabra;
si mi templo, la palabra,
y más epístolas que San Pablo,
si yo era purita oratoria y huesos,
si sólo discurso y polémica,
y de tanta retórica
y tanta dialéctica se volvió inocua,
perdió el sentido y el significado,
y yo misma asistí a su entierro
sin sentirme una pizca culpable.
Entre todos la matamos
y ella sola se murió.
Sólo se escribe lo que no está,
lo que ya no queda,
lo que es necesario apuntar
porque se olvida.
Yo solía utilizarla para inventar rutas y puertos,
de mensajes en botellas de ornamento y armamento,
de batallas y manuscritos para mis nietos.
Ahora sólo me deshago.
Escribo desapariciones.
La utilizo como si fuera Krókodil.
Me utiliza, me disuelve,
me desvincula,
pero sólo es un remedio paliativo,
como la religión.
Lamentablemente,
sólo es otra forma de descoserse,
de desangrarse.
Tal vez la mejor.
*********
Poema 3: Al final

Si he de decir algo,
diré que no sólo estuve,
que di lo mejor de mí
y busqué el nirvana donde pude.
Anduve mucho,
a veces horas,
a veces frené y me detuve
a contemplar despacio formas mil entre
las nubes.
Fui más vil de lo que quise,
lo sepan los jueces.
Sometimos sin hacer bulling,
no se lo merecen.
Si he decir algo,
diré que no sólo estuve,
que jodí y me jodieron
a partes iguales.
Aprendí de los animales:
si no es tu hermano, no te fíes
y que lo sepan los chavales…
Al final lo que cuenta,
son los pequeños detalles:
las charlas de café,
el césped recién cortao cuando el sol sale
y unas cañitas a fin de mes.
Mi vida es cuesta abajo,
me dejo caer… No hay duda:
Si falla todo, tengo donde volver.
Gata Cattana
Poesía Completa


Sobre Gata Cattana
Gata Cattana, cuyo nombre real era Ana Isabel García Llorente, nació el 11 de mayo de 1991 en Adamuz, Córdoba. Fue una rapera, poeta y politóloga española que destacó por su enfoque feminista y su lucha por la justicia social. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Granada y realizó un máster en política internacional en Madrid.
Desde joven mostró interés por la música y la poesía, combinando ambas disciplinas en su obra. Dejó canciones que resonaron profundamente en su generación. Su estilo único mezclaba rap con poesía, abordando temas como la identidad, el feminismo y la crítica social.
Lamentablemente nos dejó pronto, falleció el 2 de marzo de 2017 a los 25 años debido a un choque anafiláctico. Pero su legado sigue vivo a través de su música, poesía y el impacto que tuvo en la cultura urbana española.
Presentó un poemario autoeditado, "La escala de Mohs"​ en noviembre de 2016. Junto con el poemario publicó un EP titulado Inéditas.
Destacó por su destreza y sensibilidad a la hora de recitar sus poemas y consiguió integrarse en el panorama poético desde el principio de su participación en 2014, llegando a quedar primera en Granada. Ese mismo año participó en el Slam a nivel nacional que se llevó a cabo en Palma de Mallorca quedando finalista. El 2016 fue su gran salto a la escena musical y poética.
Deja un disco inédito, "Banzai", que tenía prevista su publicación en la primera mitad del año 2017. En este último disco, realizó una introspección buscando todo aquello que pudiese aportar al rap y poder realizar al fin un álbum con un concepto claro y profundo, esta idea concuerda con el concepto que hay detrás del nombre del disco. La palabra banzai, de origen japonés, hace referencia al grito japonés de los samuráis cuando van a combatir o a suicidarse tras perder la batalla, para ella suponía su antes y después a la hora de crear el disco y que viera la luz.
Gata ha sido y es una voz referente para varias generaciones de jóvenes por sus textos y manifestaciones revolucionarias, críticas con la sociedad y feministas.

A continuación os dejo un tema de los más destacados de Gata Cattana, se trata de "Cartas que no repartí" incluido en su álbum póstumo Banzai, en él refleja su estilo único, combinando poesía y rap con una profundidad lírica que aborda temas como el destino y la introspección.

Cartas que no repartí - Gata Cattana

domingo, 23 de marzo de 2025

Canto al hombre

Cuando eres, como ahora, hermoso y fuerte,
yo te amo.
Cuando el viento se doblega para ti,
cuando a la tierra tú la rindes, yo te amo.
Yo te amo por osado,
y te amo por heroico, por audaz y porque ofreces
tu hermosura y tu valor. Por derramado.
Firme tú sobre las nubes, navegando los espacios.
Duro tú sobre las aguas, descollante tu estatura
en lo azul del océano... Hombre joven que lo afrontas
cual un elemento más, siendo tú el lazo
de elementos de creación. Yo así te amo.

Desde lejos y despacio, torpemente en el comienzo,
tu andadura cada siglo acelerando...
así has llegado.
Y ya domas a los mares y a los cielos; los cabalgas
como potros tan salvajes como fuiste. A los astros
los asedias sin temor. Igual que un astro, que otro astro
participas del secreto compartido, constelando
como ellos mi cenit. Hombre, te amo.

Yo te amo y te contemplo, yo te admiro y yo te exalto.
E ignorando cómo cantan los arcángeles, te canto.
Mientras seas como eres, una luz entre las sombras,
una luz sobre los bosques, un clamor desde los labios;
mientras cantes y sonrías, esperanza de otro tú
ya menos agrio,
hombre joven, hombre fuerte, hombre hermoso,
yo te amo.

Aunque guardas en tus ojos viejas piedras del basalto
que formaba las murallas de Proverbios y del Cántico,
ya despierta tu mirada a la ternura
enajenados resplandores fugitivos de piedad por lo creado.
Como un hacha cortas tú, y eres tan blando
que te rayan las plegarias y el amor.
Eres compacto
y flexible, quebradizo, vulnerable...
¿De qué rayo fulminose lo divino contra ti?
No te ha abrasado ni la cólera de Dios, ni su contacto.
Sobrepasas a tu propia lava impura, en sobresalto
de promesas y derrotas... Ajeno y amplio
como tierra y como el mar, como el espacio.

Pero, hermoso; pero, audaz. Loco de siembras
que, no estrellas sino mundos, vas hincando.
Empujaste las cavernas, destrozaste las pirámides,
desecaste los diluvios, apagaste los volcanes,
arrancan dando del planeta a los bienaventurados.
¡No volvías la cabeza de oro puro a lo pasado!
Por cruel y por ardiente, yo te amo.

¿Quién no aleja para ti lo que has huido;
quién no llora por tu amor lo que has matado?
Nunca yo que te contemplo; nunca yo
que me he entregado
a la sangre y al gemir de tantos duelos
como pueblan tu yacer y tus contactos.

Ahora, no. Que te liberas y me llevas por el aire,
confiando
en tu propia inteligencia, en tu arrebato.
¡Ah, los vuelos que gobiernas con sonrisa
y dócil mundo
de instrumentos que tú mismo has inventado!
Y te sirven, como sirven los esclavos.

No desciendas, no me abatas. Hombre amado,
te sostengo y me sostiene un interminable rapto.
No eres rojo ni eres negro. Eres blanco,
el fúlgido centellear de intactos arcos.
¡Atrévete con el Bien, sujétalo con tus brazos!

Hermoso varón que tanto presentía
y que he soñado.
Porque eres mi mejor yo, he ahí por qué te amo.

No te quiero cuando débil, sometido, acobardado.
Aunque torvo si acometes, más te busco despiadado
que humillando la cerviz como un toro sin sus mandos.

Que eres viejo, bien lo sé. Sé que debajo
de esta túnica de piel que te envuelve,
estás cansado de los siglos de rodar
para ver de Dios el brazo
que fulmina y que fulmina... Y, ¿no es cansancio
contemplar cómo te hundes en mi vientre,
deslizando tu niñez y tu vigor entre mis flancos
para luego desgajármelos despacio...?

¡Ah, si halláramos la brisa, si encontráramos el látigo
que flagela y que consuma a los más enamorados!
¡Por todo lo que venciste van tus piernas
de cobre forjando ajorcas para sujetar tu paso,
criatura que apretaría eternamente entre mis brazos!
Más allá de la vida y de la muerte,
Hombre, te amo.

Carmen Conde©


jueves, 20 de marzo de 2025

Cuerpo en la oscuridad

Te adivino tendida
bajo la leve túnica
de aroma que te cubre,
mientras el sueño mide
el espacio profundo
que hay del párpado al alma.

Respiración y nieve
hacen bajo el perfume
invisibles colinas;
la oscuridad me llena,
la ansiedad de tus formas:
montes de lilas pálidas,
desmayadas palomas.

Trino de amanecer,
sombra de arbusto fresco,
eres nueva en mis manos
sólo por el milagro
del mundo en las tinieblas.

¡Qué rosas de tu cuerpo
florecen al hallazgo
múltiple de mis dedos!
Te palpo y eres mía
y mis manos son cestas
para el fruto del tacto
maduro ya, en la rama
trémula del deseo.

Jorge Rojas©
Silueta de mujer en la oscuridad


martes, 18 de marzo de 2025

Rima LXXIII

Cerraron sus ojos,
que aun tenía abiertos;
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.
   La luz, que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho,
y entre aquella sombra
veíase a intérvalos
dibujarse rígida
la forma del cuerpo.
    Despertaba el día
y a su albor primero,
con sus mil ruidos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterios,
de luz y tinieblas,
medité un momento:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!
   De la casa, en hombros,
lleváronla al templo,
y en una capilla
dejaron el féretro.
Allí rodearon
sus pálidos restos
de amarillas velas
y de paños negros.
   Al dar de las ánimas
el toque postrero,
acabó una vieja
sus últimos rezos;
cruzó la ancha nave,
las puertas gimieron
y el santo recinto
quedose desierto.
   De un reloj se oía
compasado el péndulo,
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba...
que pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!
   De la alta campana
la lengua de hierro
le dio volteando
su adiós lastimero.
El luto en las ropas
amigos y deudos
cruzaron en fila
formando el cortejo.
   Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo.
Allí la acostaron,
tapáronle luego,
y con un saludo
despidiose el duelo.
   La piqueta al hombro,
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdió a lo lejos.
La noche se entraba,
reinaba el silencio;
perdido en las sombras,
medité un momento:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!
   En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero
de la pobre niña
a solas me acuerdo.
   Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo,
del húmedo muro
tendida en el hueco,
¡acaso de frío
se hielan sus huesos!...
   ¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es vil materia,
podredumbre y cieno?
¡No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
que al par nos infunde
repugnancia y duelo,
al dejar tan tristes,
tan solos los muertos!

Gustavo Adolfo Bécquer©
rosas negras


Donde habite el olvido

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

Luis Cernuda©️
Chica en campo de lavanda



domingo, 16 de marzo de 2025

Rima LXXIV

Las ropas desceñidas,
       desnudas las espaldas,
en el dintel de oro de la puerta
       dos ángeles velaban.
      Me aproximé a los hierros
       que defienden la entrada
y de las dobles rejas, en el fondo,
       la vi confusa y blanca.
      La vi como la imagen
       que en leve ensueño pasa,
como el rayo de luz tenue y difuso
       que entre tinieblas nada.
      Me sentí de un ardiente
       deseo llena el alma
¡como atrae un abismo, aquel misterio
       hacia sí me arrastraba!
   Mas ¡ay!, que de los ángeles
parecían decirme las miradas
      -¡El umbral de esta puerta
      sólo Dios lo traspasa!

Gustavo Adolfo Bécquer©️


viernes, 14 de marzo de 2025

Amor de frutas

Déjame que esparza
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;

Tu cuerpo son todas las frutas.

Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.
Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.

Déjame que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:

Mi hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.

Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.

Gioconda Belli©


domingo, 9 de marzo de 2025

Ahueyentemos el tiempo, amor

Ahuyentemos el tiempo, amor,
que ya no exista;
esos minutos largos que desfilan pesados
cuando no estás conmigo
y estás en todas partes
sin estar pero estando.
Me dolés en el cuerpo,
me acariciás el pelo
y no estás
y estás cerca,
te siento levantarte
desde el aire llenarme
pero estoy sola, amor,
y este estarte viendo
sin que estés,
me hace sentirme a veces
como una leona herida,
me retuerzo
doy vueltas
te busco
y no estás
y estás
allí
tan cerca.

Gioconda Belli©️
Chica paseando por un campo de flores


sábado, 8 de marzo de 2025

No rechaces los sueños

No rechaces los sueños por ser sueños.

Todos los sueños 
pueden ser realidad, 
si el sueño no se acaba.

La realidad es un sueño. 
Si soñamos que la piedra 
es la piedra, 
eso es la piedra.

Lo que corre en los ríos 
no es un agua, es un soñar, 
el agua, cristalino.

La realidad disfraza su
propio sueño, y dice:
«Yo soy el sol, los cielos, el amor.»

Pero nunca se va, 
nunca se pasa, 
si fingimos creer 
que es más que un sueño.

Y vivimos soñándola. 
Soñar es el modo 
que el alma tiene 
para que nunca 
se le escape 
lo que se escaparía 
si dejamos de soñar 
que es verdad 
lo que no existe.

Sólo muere un amor 
que ha dejado 
de soñarse 
hecho materia 
y que se busca en tierra.

Pedro Salinas©️
Bailarina de ballet clásico


jueves, 6 de marzo de 2025

Vuelvo a la noche

De pronto vuelvo a la noche
con mis zapatos de agua.

Me desnudo
en el lento
ejercicio de mis manos
y busco
solamente
un objeto mío,
un pequeño barco,
un cometa,
un circo de inventadas cosas,
figuras cotidianas,
tuyas y mías,
que amo.

Pero sé
que de pronto
me vuelvo inaccesible
y vuelvo a ser silencio
y llama oscura,
donde mi barco
se escapa de tu orilla.

Mía Gallegos©
Fotografía de la luna al anochecer
Anochecer extraído de la web


martes, 4 de marzo de 2025

Porvenir

Te llaman porvenir
porque no vienes nunca.
Te llaman porvenir,
y esperan que tú llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
Pero tú permaneces
más allá de las horas,
agazapado no se sabe dónde.
... Mañana!
Y mañana será otro día tranquilo
un día como hoy, jueves o martes,
cualquier cosa y no eso
que esperamos aún, todavía, siempre.

Ángel González©
Un camino en plena naturaleza
Fotografía de un camino extraída de la web


sábado, 1 de marzo de 2025

5 sentidos

I -Del tacto

Acércate despacio a mis dominios;
que tus dedos tanteen el espacio
ciegamente, la oscuridad que envuelve
mi cuerpo; que construyan un camino
y lleguen hasta mí a través del velo
espeso y taciturno de las sombras.
Sálvame con la luz que hay en tus dedossi me tocan, conjura la desidia,
enciéndeme o abrásame en el tacto
esplendoroso y claro de tus manos.
Como las mariposas de la noche,
hacia la llama iré que tú convocas,
que prefiero quemarme a estar a oscuras.
II -Del olfato

La vainilla; el espliego; el verdín; la canela.
A veces un aroma delgado como de agua,
como de nube o lluvia; a veces un violento
perfume que recuerda la piel de una gacela,
el sudor y la sangre de un animal en celo.
Pero siempre, al final, la vainilla, el espliego...
III -De la vista

Para tus ojos.
Para tus ojos fieramente abiertos.
Para tus ojos fijos.
Para tus ojos con caudal de fiebre.
Para tus ojos grandes.
Una orquídea de carne voluptuosa
para tus ojos ávidos
con vocación de abejas.
IV -Del gusto

Hay sal sobre los labios. En la lengua,
un resto de naufragios y sirenas,
tal vez algas, y el gusto de los fondos
espumosos y verdes del océano.
El sexo siempre sabe a mar de invierno,
a galernas en medio de la noche.
V -Del oído

Se levanta tu voz, se enrosca y se estremece,
serpiente y remolino, se enzarza en mis cabellos,
sube aún, se engrandece, se enajena en rugido
y pierde la noción del trino o la palabra.
Eres otro en tu voz. No conozco a ese hombre
que grita en el placer, delicioso extranjero
que habla lenguas angélicas en una cama impura.
Josefa Parra©
De "Alcoba del agua" 2002

Cinco sentidos - Dvicio & Taburete